El Grado en Lenguas, Literaturas y Culturas Románicas asume y renueva las materias y métodos de la antigua Licenciatura de Filología Románica. Veamos qué significan los términos que os invitamos a estudiar:
La palabra filología procede del griego y significa, literalmente, ‘amor por el conocimiento’. El Diccionario de Autoridades la define como una “ciencia compuesta y adornada de la Gramática, Rhetórica, Historia, Poesía, Antigüedades, y generalmente de la Crítica, con especulación general de todas las demás Ciencias. Es voz Griega. Lat. Philologia”. Es decir, para los creadores de este diccionario del siglo xviii, la filología es la ciencia de las ciencias pero, sobre todo, la ciencia de las ciencias humanas. En la actualidad, el término ‘filología’ se ha aplicado, sobre todo, al estudio crítico de la lengua y la literatura.
Normalmente al sustantivo ‘filología’ sigue un adjetivo: ‘románica’, ‘germánica’, ‘clásica’, ‘semítica’, ‘eslava’, ‘hispánica’, ‘francesa’, ‘inglesa’, etc. El calificativo se refiere a las lenguas y literaturas que son estudiadas de forma especial en ese título.
Los adjetivos ‘románica’, ‘germánica’ o ‘clásica’ hacen referencia a un modelo de estudio y de enseñanza que se denomina comparado. En filología clásica se estudia el latín y el griego, además del indoeuropeo, el tronco del que derivan las lenguas llamadas clásicas. La filología románica se relaciona con la filología clásica porque estudia las lenguas y las literaturas que proceden y evolucionan directamente del latín hasta convertirse en las lenguas maternas de buena parte de los actuales europeos y de las personas que en otros lugares del mundo descienden o han entrado históricamente en contacto con europeos que hablan las lenguas romances.
En el Grado de Lenguas, Literaturas y Culturas Románicas se estudia, desde una perspectiva comparada e histórica, el uso lingüístico, literario y cultural de estas lenguas.